el universo sobre mí

Hay gente que me pregunta sobre mi futuro inmediato o a medio plazo. Y yo últimamente contesto «ni idea».

No es habitual en mí, lo sé, siempre pensando en el futuro, siempre viendo que ocurrirá, o que podría pasar. Pero ya me he cansado de vivir antes de tiempo, el futuro es mañana, es dentro de un segundo, ahora ese segundo ya es pasado. No hay que centrarse tanto en lo que pueda pasar o no, estoy aprendiendo a vivir el momento, a vivir día a día, a disfrutar cada segundo de hacer lo que me place, lo que me gusta, porque esa es la mayor felicidad que puede sentir uno. 

Ya no hay comeduras de tarro, ya no hay dudas, ni dolor, ni extremos. Soy yo y lo que me rodea, y buscaré siempre lo que me haga feliz. El mañana, mañana vendrá, y qué más da lo que traiga? Lo que tenga que pasar, pasará.  Por qué voy a malgastar lo que me queda de mi tiempo en estar enfadada, disgustada, amargada, enfurruñada o quejándome de todo lo malo? 

Vale ya de amargarme la existencia pensando cosas que no han ocurrido. Estoy viva, y eso es lo que cuenta. Sin importar nada más. He subido a un tren con múltiples vagones, a veces lleno de gente de la que aprendo, con la que me río, con la que pasar un momento; otras me encuentro sola, y me gusta, lo disfruto. Me hago compañía y me siento bien. El camino que lleva ese tren no tengo ni idea de a dónde me lleva, pero no me preocupa, el universo está conmigo.

Somos insignificantes a la par que valiosos, somos efímeros  y sin embargo permanecemos en el recuerdo. 

 

Alicia vuelve al espejo y su reflejo soy yo.