Hace tiempo, en mi otro blog, ah, que no lo sabéis? Creo que lo dije al comienzo de este, hace 9 años comencé a escribir en un blog cuando no sabía ni qué era un blog. Era un espacio donde escribía y ponía fotos, anda mira, como Facebook. Pues seguro que al Mark se le ocurrió de ahí, no vayas a creer que era muy listo.
El caso, hace años en el otro blog, que era este, el cual tuve que limpiar por razones que nada tienen que ver con lo que quiero expresar, escribí un post dedicado a mis florecillas.
A mi alrededor pululan muchas personas, personas que se pueden llamar amigas y amigos, personas a las que llamaremos colegas, personas con las que se pueden compartir intimidades, o solo cosas buenas, o incluso solo se puede hablar de temas triviales, nada profundos. Parece o puede ser que dé la sensación de que conozco a mucha gente y me conoce mucha gente. Creo que no es del todo real. Conocer conocer no conozco a tanta gente, y conozco solo lo que quieren que conozca. Entablar conversación puedo con casi todas ellas, porque eso me es fácil, profundizar, (no sé escribir un ruido que se hace con la lengua), como que no puedo profundizar con casi nadie. De hecho me he pasado años cerca de algunas personas que creía conocer un poco y en un momento (malo casi siempre) las he terminado de descubrir al completo, demostrándome que no era ni bronce lo que relucía. Pero agradeciendo ese descubrimiento para eliminarlas o difuminarlas de mi vida. Al igual pasará a la inversa, conocerme no me conoce mucha gente, solo lo que quiero que conozcan, y cuando me conocen plenamente puede que la realidad no les guste, así que me borran o difuminan de sus vidas, y a otra cosa.
Las florecillas. Pues eso, nunca pude decir que tuve una mejor amiga/o, a ver, está claro que la flaquita de ojos claros me robó el corazón hace 3 lustros, que costó lo suyo, como las buenas cosas, que cuestan al principio, pero que sus grandes ojos raros me descubrieron a alguien especial, y que mi gran paciencia, todo hay que decirlo, contribuyó a que el león y la aguafiestas, o aguadora, se llevaran bien. Ella el fuego y yo el aire que lo aviva. Ella el sol y yo un planeta que gira. Pero de ella no he venido a hablar hoy. Elegir a un mejor amigo es como pensar a quién quieres más, a tu padre o a tu gato? a tu madre o a tu abuelo? esos debates no tienen lógica, y menos con 30 tacos.
A estas edades bastante tienes con saber que cuentas con amigos, amigos que te apoyan, que te entienden o que te dicen tus errores, que no re juzgan o que si lo hacen te piden perdón, amigos que escuchan y sobre todo se divierten, porque joder mi único objetivo en la vida es divertirme, no a costa de los demás, sino con los demás. Así que en una balanza, en la mía particular, caben todos, con sus pros y contras, con sus «es que» sus «pero» y sus «también».
Que yo no he sido una persona muy familiar también es bastante conocido, que siempre me sentí mejor con amigos que con parientes pues es lo mío, no lo puedo evitar. Que la familia es lo único que queda? ya pero eso no es verdad, yo he visto familias destrozadas por trozos de tierras, dinero, conflictos personales, herencias, etc. Los amigos también diréis, pues seré yo que veo solo lo que quiero ver, pero con ellos nunca me pasó eso (con los que duran quiero decir).
Las florecillas, que me lío. Las florecillas no es que sean ni más ni menos, ni siquiera son especiales ni tienen poderes, bueno esto es discutible pero no quiero enredar más. Por qué merecen mis palabras? porque son terapia. De verdad, será egoísta pero hago terapia. Hablo y me entienden, incluso sin casi hablar me comprenden. Compartimos muchas cosas en común, cosas que con casi nadie puedo hablar o compartir, y mucho menos que comprendan. Somos tías pero de las que no se meten puyas, de las que nos decimos las cosas a la cara, de las que buscamos un razonamiento lógico a ciertos comportamientos o actitudes, nos perdonamos las dejadeces, los olvidos cumpleañeros, o los no acudimientos a las citas programadas. No nos llamamos puede que ni 2 veces al año, pero ahí estamos, 11 años después, al pie del cañón. Con una energía de las que se nota, con una sapiencia de las que te avergüenzan por la escasez de la propia, con un arte para las manualidades que mis bizcochos y mi estilazo para cortar jamón se quedan cortos. Con unas creencias a nivel espiritual que yo solo con oírlas, crea o no, me relajo.
Y da un gusto!! yo es que creo que en esto de las amistades he sido afortunada, más o menos tuve buen ojo para elegir, y creo que ellos conmigo también (sinceramente nos elegimos, pensar en ello, veréis como no me equivoco demasiado). Cuando no se puede elegir, cuando te viene impuesto, no es lo mismo. Tienen siempre ganas de comerse el mundo, recuerdo cuando llegaba a la cafetería (nuestra asignatura preferida) que siempre iba con una sonrisa, y me decían: «ahí viene, siempre sonriendo y con sus andares». Se me nota, no lo puedo evitar, muevo la colita como una perrita porque me pongo contenta solo con estar un rato juntas. Por eso me da rabia cuando alguien falta, cuando no podemos vernos, cuando lo vamos dejando, y dejando. A veces he tenido reacciones demasiado bruscas, lo sé, es la ansiedad, soy una niña pequeña que si no tengo lo que quiero pataleo. Luego respiro y pienso y me avergüenzo, y entonces dependiendo de la cantidad de orgullo que haya en ese momento rectifico y pido perdón. A veces he tardado mucho.
Helen, la experta en runas, nos regaló el sábado una a cada una, supuestamente la piedra nos eligió a nosotras. La mía no pudo dar más en el clavo. AMISTAD. Joder si buscas mi nombre solo sale eso.
Dicen que soy egoísta, puede ser, seguramente, porque busco mi placer propio y mi alegría y estar bien, aunque lo quiero para más gente y con más gente, así que habrá que matizar ese egoísmo. Pero yo soy feliz así, un bar, unas cañas, y unos amigos, y ya puede haber llovido, tronado, haber llorado, haberme muerto y resucitado, lo que sea, yo así soy feliz, intentando resolver el mundo, o arreglarlo, o volverlo patas arriba; recordar momentos cumbre tipo la cucaracha, el camión de los colchones, las pipas del barrio, los momentos punky… Qué simple no? no soy feliz ni con dinero, ni siquiera quiero que me quieran, bueno si me quieren seguro que me gusta más, pero yo solo tuve un objetivo en mi vida, divertirme con mis amigos.
Mi madre hace años me dijo muy sabiamente que los amigos se irían perdiendo por el camino, y entonces yo que soy doña contrarias dije «NUNCA» con voz de nunca. Así que siempre pongo de mi mano, de mi brazo, de mi cabeza, de mi estómago, de mi parte que sea por vernos, por seguir ON, por no perder ciertas costumbres. Vienen hijos, novios, novias que quieren separar (de esto me da para escribir 4 post), otros países, trabajos, en fin, circunstancias, pero si se quiere se puede, solo hay que querer.
Por mi parte está controlar mi impulsos de ansiedad y aceptar un paréntesis, un hasta pronto, un ya quedaremos, un en otro momento, pero si espero mucho, al final me he dado cuenta, que la persona deja de importarme, y la pierdo. Y no quiero perderos, no quiero.
Habrá quien crea que escribir aquí abiertamente será para tirarme el pisto, o porque soy algo, ni idea, tampoco me lo han dicho, se lo imagina mi yo maquiavélico. Pero yo que nunca hablé demasiado de mí, que la gente tardaba años en conocerme un poco, que me cerraba como una ostra cuando siente la punta de un cuchillo, tengo que decir que si hago todo esto es por mantener a una parte de mí bajo control, ayy amigo, todos tenemos puntos flacos, y si yo no me expreso, sea abiertamente o de incógnito, sale la masa verde y viscosa que llevo dentro.
Además es verdad que muchas veces lo que expreso es enfado, rabia, ira, incomprensión, porque parece que últimamente sólo soy capaz de ver eso, bueno también he tenido un año raro y sobre todo todo todo, una gran crisis personalemocionalcreativadeconocimientoydeyointerior que no sabe nadie, o casi. Pero a veces, aunque no lo parezca, aunque solo quede lo malo, también hablo de cosas buenas y positivas, también me fijo en el lado bueno de las cosas, también sé ver el vaso con bastante cerveza.